Hace ya bastante tiempo que el término "mini wedding" aparece con frecuencia en magazines de moda y tendencias y, claro está, en revistas especializadas del sector. Y creo sinceramente que es un concepto que ha venido para quedarse. Este tipo de celebraciones encaja más con la sociedad en la que vivimos y, sobre todo, con la forma en la que las parejas quieren celebrar su amor: de forma íntima, con los "suyos, suyos", escogiendo cada detalle, para que todo lo que aparezca y suceda ese día tenga que ver con ellos.
Cada vez son más las ceremonias entre parejas más maduras, incluso parejas que no pasan por ello por primera vez. Esto explica muchas veces que tengan tan claro cómo quieren que sea todo: la estética del evento, lo que quieren que suceda o no en él y, normalmente, no quieren compartir este momento con personas a las que a penas conocen, ni perderse en listados de cientos de invitados, sino que quieren escoger con mimo quienes serán los testigos de ese día y con quién quieren celebrar un momento tan importante para ellos.
A mí me atraen especialmente este tipo de celebraciones. En la organización y planificación de una boda de este tipo cada detalle cuenta y eso es lo realmente fascinante. Nada debe ser cliché. Cada vez que una pareja plantea que su ceremonia sea pequeña y exclusiva, hay que salirse de la caja y pensar en ellos y en lo que son para definir cada momento del evento y la decoración del mismo.
En la organización y producción de este tipo de ceremonias, las chicas de Changa son unas genias (palabra que suelen usar mucho los argentinos y que adoro). Le ponen talento, creatividad y corazón. Hace unas semanas me llamaron para encargarme la parte de diseño floral del evento y el resultado es el que veis en las fotografías. Inicialmente se había planificado como una ceremonia en la playa, pero la previsión de lluvia hizo que se tuviesen que cambiar los planes en el último momento. Así que se llevaron la playa a un espacio cerrado y el resultado no decepcionó en absoluto. Lo tonos arena y blancos del espacio, sin duda, ayudaron mucho. Encajó todo a la perfección.
En la foto superior, las coronas de flores naturales que realicé para que lucieran las hijas de la pareja, jugando con la gama cromática del evento y el ramo de la novia.
La novia quería un ramo de tallos largos, en tonos blancos, sofisticado, pero que diese la sensación de haber sido hecho después de haber recogido las flores en el campo, con movimiento y variedad de tallos. Llamémosle estilo "wildchic".
Si estás pensando en casarte, pero no quieres sufrir el stress de lo que supone organizar una boda de más de 100 invitados, no dudes en hacerlo de esta manera. Se puede organizar en menos tiempo y además con resultados increíbles, siempre que la organización la pongas en mano de profesionales.
Quién sabe? Quizás me anime a hacerlo así en las de plata!
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