Que tu establecimiento resulte acogedor para tus clientes es algo esencial, para que permanezcan en él y para que vuelvan a visitarlo. Y lo es especialmente si el local corresponde a un negocio de hostelería. Nadie entra en un restaurante o un bar si antes no le ha seducido con la vista, salvo que sus años de reputación gastronómica le precedan y entonces estés dispuesto a estar en un lugar hostil por su exquisita comida.
Pongamos que el establecimiento es nuevo y que lo que vas a servir en él es de gran calidad, algo muy especial, pero tu futura clientela todavía no lo sabe. Así que, de momento, para que te visiten y antes de probar tus creaciones, has de seducirle con un ambiente que invite a entrar.
Durante mi estancia en Brasil aprendí de los brasileños muchas cosas y me fascinaron muchas otras. En lo que se refiere al diseño y decoración de negocios hosteleros son realmente unos genios. Su extraordinaria creatividad y la pasión y conexión que sienten por la naturaleza es una combinación que tiene como resultado el diseño de locales que te dejan con la boca abierta. Consiguen en ellos, y también en muchas residencias privadas, meter a la naturaleza dentro formando, de forma lógica, parte esencial del diseño.



A veces el local es bonito, con una reforma hecha con cariño, un mobiliario bien escogido, pero resulta frío. Introducir materiales orgánicos en la decoración y elementos de la naturaleza pueden transformar de forma sorprendente la experiencia de estar en el lugar.

Como por ejemplo el recién abierto Yebra Gastrobar del Chef David Yebra, en un pueblecito costero, Mera, a unos kilómetros de A Coruña. En su decoración moderna había un predominio de materiales funcionales y una paleta de colores fríos. Veía la necesidad de convertir su local en una estancia más acogedora y la solución fue sencilla y eficaz. Sumamos al local materiales como la paja, el bambú y el yute y decoración con ramas naturales.
Para empezar, colgamos ramos de eucalipto de los peldaños de escaleras de bambú sobre los asientos de la barra, un gran ramo de eucalipto e ílex en la encimera principal de los aseos, un cesto de yute con ramas de magnolia en la puerta de entrada y una guirnalda navideña sobre la chimenea. Y, de repente, el local se transformó. No sólo por su aspecto, sino también por su olor. Fue reveladora la frase que David me dijo cuando terminamos: ¡Huele a Galicia!. Así decían los lugareños cuando entraban a tomar su vino y tapa: ¡Vaya cambio!. Ni parece el mismo! Y es que la naturaleza es parte de nosotros y con ella a nuestro lado todo es mejor.
Comienza el 2022 y en Tulip & Spoon quería hacerlo con este post para dedicárselo a todos los emprendedores que, en tiempos complicados, tienen la valentía de hacer su sueño realidad con mucho esfuerzo e ilusión.
Gracias a tí, David, por la confianza!
La verdad es que la mejora en la calidad y decoración del espacio del salón que se consiguió sólo con ese “toque” verde al cual haces referencia en el título, ha sido espectacular. Ello no habría sido posible sin tú asesoramiento y ayuda. ¡Muchísimas gracias!